Un
cortejo de caracolas da paso a la memoria del mar que de mi alma intenta
escapar. A los recuerdos encadenados donde
la arena nos deja mojar y el cándil del ocaso brilla sin cesar y asi el placer enamorar
Hoy
un destierro ocupa mi piel y las olas ya
no están, solo un suave gemido se acerca mi a pies, para implorar la seducción
de la pasión que un día nos unió, se encienda otra vez
Tu
ausencia el deseo apagó, sumiéndome por una
extraña dolencia que mi corazón
soporto… Me traje al mar a mi regazo para reclamar un nuevo amanecer de amor, mientras descansa en mi piel una dulce pasión.
©Beatriz
Martín
06/12/19
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