Capítulo III
Franco Bernardini es un hombre de piel blanca, pelos largos y patillas de moda año 1973, bastante grueso con cerca de los 100 kilos de peso y con un alto nivel intelectual ....Buen amante de la lectura y seguidor de la política como buen conservador italiano pués podías estar largas horas de charla con él con la seguridad de que nunca te ibas a aburrir.
Esperaba como todos los lunes a su mejor amigo y socio Piero, para reunirse y discutir la agenda de la semana, textos que les llega para ser revisados y ver si valen la pena o no publicarlos, también recibir a los clientes que les tocaba visitar para su editorial Castelino.
- Hola Piero ¿ que tal tus conquistas ? seguro que tienes alguna aventura nueva que contarme, lo que no entiendo todavía es como ninguna de ellas se ha dado cuenta de que juegas con todas a la vez, vives en un mundo de locuras amorosa
- Tranquilo Franco que yo sé hacer bien las cosas y si te soy sincero te puedo confesar me estoy aburriendo aunque tengo que reconocer que lo paso muy bien ja ja ja ja ja
- Hoy es lunes y te toca la casada, dicen que el tal Bruno, su marido, es muy celoso y debes de andar con mucho cuidado pues algún un día te veré con un ojo morado y adiós tu rostro, eso si no te dan alguna patada y ..... te quedas sin herramienta ja ja ja ja ja.
- No me desees tanto mal amigo Franco que yo solo les doy el amor que ellas necesitan y los culpables son sus maridos por no ocuparse de ellas y llama por su nombre a mi Dulce Antonella, pues es mi preferida y hace que cuando estamos juntos me olvide del mundo. Es fuego ardiente y exquisita en las pasiones..... Si hoy tenemos que vernos, la última vez nuestra cita quedó trastocada por unas serie de problemas y no pudimos estar juntos, hoy la haré el amor y se sentirá como una diosa ja já ja já amigo Franco
- Bueno amigo Piero menos charlas y a trabajar que no todo va a ser vivir y gozar de los pecados de la carne...
Antonella llegó puntual a la hora de costumbre a su cita, su marido los lunes tiene una agenda muy apretada y no llegaba a casa hasta bien entrada la noche lo que les permitía a los dos vivir y gozar de una velada gloriosa.
Él la recibió con mimos, cariños y halagos y su dulce Antonella estaba radiante, en su rostro delataba unas ansias de amar desenfrenada con la mirada puesta en Piero y desnudando su piel con los ojos. Piero la cogió de la mano para llevarla a la terraza y allí poder disfrutar a su lado de la vista del mar y susurrarla al oído bellas palabras de amor como si de una maravillosa poesía se tratara.
- Amore mío, que dulce eres, mira como se pone la piel cuando me hablas y Piero cogiéndola de la cintura la da un apasionado besos largo y profundo que pareciera fueran a perder la respiración en su gozo.
Él la recibió con mimos, cariños y halagos y su dulce Antonella estaba radiante, en su rostro delataba unas ansias de amar desenfrenada con la mirada puesta en Piero y desnudando su piel con los ojos. Piero la cogió de la mano para llevarla a la terraza y allí poder disfrutar a su lado de la vista del mar y susurrarla al oído bellas palabras de amor como si de una maravillosa poesía se tratara.
- Amore mío, que dulce eres, mira como se pone la piel cuando me hablas y Piero cogiéndola de la cintura la da un apasionado besos largo y profundo que pareciera fueran a perder la respiración en su gozo.
- ¡ Ven mi dulce Antonella ! Cogiéndola de la mano se la lleva para la habitación y allí delicadamente la recuesta sobre la cama empezando a escribir sobre su blanca piel el verso más bello verso del mundo con el borde de sus labios mientras una música al fondo se acompañaba con sus bellas melodías..... Antonella era una mujer muy temperamental en el amor y con solo unas leves caricias empezó a clamar gemidos de placer sin todavía haber empezado el dulce baile del amor. Las caricias de Piero eran como una pintura gloriosa y celestial jamás plasmada y así comienzan el juego de la seducción tatuándose en cada poro de su piel una exquisita huella de sus labios.... Ella se entrega, se rinde y él mientras dulcemente cabalga sobre ella como potro desenfrenado, sin descanso pero sin prisa..... lentamente ,derramando magia y pasión con su bandera enarbolada, gozos y gritos de placer y lujuria parecen resonar en los jardines de Antonella ¡ quiero más mi dulce Amore !..... y así pasaron varias horas donde sus cuerpos humedecidos de gozo anunciaban un divino éxtasis jamás soñado
Pina a lo lejos desde su ventana, veía con una cierta envidia sana la cara de bella Antonella la cual tenía un brillo especial después de haber el hecho el amor con su amor amante el romántico Piero.
¿Con su bandera enarbolada?...¿es que estaba haciendo el amor y viendo al mismo tiempo la derrota de Italia?...¿y Pina con envidia sana?...no se, no se...pero esta Pina quiere que Piero le enarbole tambien la bandera...me gusta esta historia...un besote preciosa.
ResponderEliminarjaajjajaajjaajajaj que loco eres eres un bacilón ajjajaja claro envidia sana no la conoces jajajaajajaj , ayyyy Fibo , graciasssssss por dejar tu huella por aqui , un abrazote desde mi brillo del mar
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