Entre
sueños me desveló, ya es madrugada,
llena de nostalgia me acerco a mi
balcón, me pareció escuchar tu voz que
acaricia mi alma, así que abro el cofre de cáracolas y he vuelto a leer
tus cartas, no lo niego siento cierta tristeza por la distancia que el mar nos
separa. Pero también mis sentidos viajaron a los encuentros bonitos de amor que
tantas veces fuimos felices en nuestra
playa.
A lejos aún entre la neblina salina y densa así como las olas huracanadas, observo que sigue en pie el Mirador del mar donde fue testigo de la pasión desatada, de cuerpo a cuerpo en nuestras almas.
Escenas
se anuncian en mis recuerdos. Nuestra
silueta bajo la luna plateada
resplandecía, con su manto de estrellas de compañía, el éxtasis se
hace infinito en cada beso húmedo, en cada sugerencia del abrazo cálido, ese
enorme refugio de nuestros vientres, la flor complacida por la elegancia del estandarte enloquecido, mientras el placer fue protagonista del
festín del amor.
Regreso
a mi balcón, a mi cama y guardo en el cofre mis cartas llena de gozo, sonrio
y me sumerjo bajo mis sábanas esperando la alborada de dulce silencio, me
abrazo entre dulces pasiones de
madrugada.
©Beatriz
Martín
24/10/19
Entrar en ese mundo amoroso del corazón, en donde no existe el tiempo ni el olvido y todo se vuelve a vivir como si jamás se hubiese ido. Cuando se quiere y se extraña, esto nos reconforta, el alma y el cuerpo no dejan ir...
ResponderEliminarBellos momentos Beatriz, un abrazo amiga.
Paty