jueves, 15 de marzo de 2012

CARTAS DESDE MI BALCÓN… Sin fuerzas





CARTAS DESDE MI BALCÓN… Sin fuerzas


Dulce Amado esta mañana he querido salir de mi rincón, tu ausencia me ahoga y su soledad me abraza,  necesitaba respirar.

Así que preferí esperar tu carta en el muelle, mientras espero, la brisa me besa suavemente y las olas cantan bellas melodías de amor para que mi espera fuera dulce.

Y  a media tarde vi  acercarse a nuestro cómplice eterno, el cartero, quien amablemente hace que nuestras noches y días se hagan cortas esperando nuestro nuevo encuentro.

Mi corazón se acelera al abrirla, no sé sí has podido conciliar el sueño o sí has encontrado la forma de regresar para estar juntos otra vez.

Al leerla mi alma rompe a llorar,  tus lágrimas de sangre me duelen y tus gemidos de soledad me clavan en el pecho espinas dolorosas dejando heridas profundas en mi corazón.

Nuevamente mi piel se marchita y envejece, sabe que la espera será larga que las noches y los días serán eternos,  que mi corazón empieza a latir lentamente,  tiene la certeza, que a lo mejor no regreses  y  yo  no puedo más,  es un dolor intenso en la soledad de mi almohada, en la soledad de mi balcón, mi alma vaga,  se pierde, se ciega, no tiene consuelo.

Mis lágrimas se derraman y no cesan, esta tarde mi amor no hay consuelo en nuestras letras,  la frialdad de mi alma me ha  hundido, no puedo ni levantarme de la arena, no tengo fuerzas para seguir viva y esperanzada.

Dulce Amado te imploro que no me abandones regresa pronto a buscarme sino moriré ahogada de tristeza y dolor.

Siempre tuya

Te quiero

Beatriz

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