jueves, 27 de agosto de 2020

SENSACIONES DULCES , A SOLAS

 




El fluvial torrente que dejas en mi interior, cuando se siente  la esencia  de tu piel, la dejo a buen recaudo para saborear el apetito vespertino a solas. Mientras, disfruto  del salino recuerdo sureño, con su  azul limpio y cristalinas aguas.  Debajo  la galería de peces por descubrir, sus  burbujas devotas, se rinden  al encanto de mi brillo del mar. la musa que siempre me hace soñar.

 

©Beatriz Martín

23/08/2020

viernes, 21 de agosto de 2020

LA VERGÜENZA QUE NO OLVIDÉ

 


Tiempos memorables de nuestra Caracas ya olvidada. El  salón de fiesta en forma  oval, de ventanas coloniales,  un acabado de roble enfurecido, desde sus techos hasta los suelos en granito pulido.

Las burbujas del champan fueron  la antesala del baile. Nosotras, las damas de honor,  hacíamos reverencias delicadas, adornadas por las sonrisa ingenuas, mientras los cadetes, gentilmente, nos tomaban de la mano, para dar vida a los arcos  tupidos por los  helechos, que  hacían de los 15 años,  una noche mágica.  

Nuestros atuendos,  llenos de lentejuelas de azul marino y de la cadera para bajo, la caída de  muselina veraniega, transparente, jugando sin querer la seducción de la piel.

No  había aún dejado de jugar con las barbies,  cuando  mi cuerpo tembló  por  Valentín, un  chico, alto moreno, de ojos claros de mirada insinuante, tenía 17 años y yo 14. 

En mi vida había sentido algo, recuerdo que solo pintaba corazones en mi diario y en los árboles, muchas veces me sacó suspiros entre la piscina y el jardínes frondosos e  irreverentes,  del majestuoso Círculo Militar, sitio privilegiado por la historia,  para las presentación de las chicas en sociedad.

 Valentín tuvo el atrevimiento de acercarse a mi mesa, preguntarle a mi madre si podía bailar conmigo, mi madre con un gesto afirmativo, una sonrisa suave, pero desconfiada, le dice que si.  Recuerdo que  las manos me  sudaban, las miradas hablaban, sentían, amaban, la piel enardecida, los acercamientos de cuerpo a cuerpo, ya aflora la flor, la  fauna y el más allá a punto de descubrir algo exquisito, como el placer de un beso, o un suspiro en mi cuello;   cuando de pronto hemos sentido en el cuerpo a cuerpo, unas  manos gruesas, grandes y heladas, cual madona de película italiana de los años 50, nos  dice en riguroso bajito:

” Separaditos están mejor”, la fuerza de su voz nos atrapó,  era el mismo rugido   de un León en primera persona. 

Nos quedamos inmóviles por la vergüenza, Valentín no estaba rojo, estaba morado, y yo no daba crédito Era ¡ mi Madre!,  me quise morir, qué le podía decir, seguimos bailando toda la noche sin inmutarnos, mudos,  cual vals de lo que “El viento se llevó”.

Adiós al  placer, o soñar con un beso a escondidas,  la mirada de mi madre fue eterna en nuestros vestuarios.

Les juro que jamás lo olvidé, estuve muchos meses, de lejos, por si acaso,  le decía: -  jamás te perdonaré.

Hoy le leí  a mi adorada madre, el relato  y me llamó mentirosa, jajaja, me dice por la cara, - yo no hice eso, no soy capaz.,- ,  ya y yo me Caperucita Roja. Fueron unos 15 años inolvidables y no precisamente para la protagonista, sino para mi.

 

©Beatriz Martín

21/08/2020

martes, 18 de agosto de 2020

POESÍAS FORTALECIENDO EL ESPÍRITU DESDE MI BRILLO DEL MAR

 

Hola Chiquillos le quiero dar vida nuevamente  a mi canal You Tube, que mejor comenzar ofreciendo mis publicaciones, pero le daré mi vida con temas distintos, anécdotas, relatos declamar poemas, literatura, vivencias etc.

Se les quiere amigos

 

©Beatriz Martín

18/08/2020